BLOG DE FILOSOFÍA 4 PERIODO

EL HOMBRE COMO SER RELIGIOSO

Con frecuencia hablamos de «religión» y decimos que una persona es muy religiosa o poco religiosa, o que no cree en la religión, o bien que pertenece a la religión tal o cual... En general hablamos de la religión como si nos refiriéramos a algo que las personas tienen, y que también podrían entonces dejar de tener o cambiar sin más en algún momento de la vida... Desde esta perspectiva tener una religión no parece diferenciarse mucho de tener alguna filiación política, pertenecer a algún partido, o ser socio de algún club... Parece así entonces que la religión es algo «externo» al hombre, algo que en un momento se añade a su vida, algo que se le agrega: ya sea porque ha sido educado así, o por el afán de colaborar en una obra de bien, o por hacer cosas y pertenecer a grupos que le hagan a uno «sentir» que es buena persona. La religión parecería, en algunas personas, ser una cuestión casi cosmética... como una pose de bondad o un grupo de auto-ayuda. De hecho le da a uno la impresión de que podría seguir viviendo normalmente su vida de todos los días si la religión, por ejemplo, desapareciera o nunca hubiera existido... Tal vez cambiarían algunas rutinas y costumbres, pero la vida podría seguir igual, en todo caso, nos haríamos de otra religión que se ande ofertando en alguna parte, para volver a encontrar el lugar donde «sentirnos» buena gente otra vez. Incluso solemos pensar que quienes dicen que «no creen en Dios» son personas que viven al margen de la religión, y que no tienen conductas de tipo religioso en su vida.

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EL ORIGEN DE LO RELIGIOSO EN EL HOMBRE 

La teoría subjetiva enseña que la religión se origina con el hombre. Los humanos tienen una necesidad psicológica de un ser trascendente que brinde significado y esperanza a su existencia en este vasto e impersonal universo. Quienes adhieren a este punto de vista creen que este carácter religioso existe por debajo de nuestra conciencia consciente. Las culturas tienen distintas visiones de la realidad de acuerdo con su experiencia, pero la conciencia y el deseo de la religión es un fenómeno universal. Por lo tanto, concluyen que esta disposición yace en nuestro subconsciente. En otras palabras, nuestras creencias acerca de un ser trascendente no son el resultado de realidades o interacciones externas con dicho ser. Más bien, estas creencias derivan de nuestras psiquis.

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EL TABÚ

La palabra tabúsegún Allan & Burridge (2006) tiene su origen en el término “Tongan Tabú”, el cual apareció a finales del siglo XVIII (PORTILLO, 2010: 16), pero según Sigmund Freud (2000) se remonta a tiempos anteriores de la aparición de los dioses y la religión. Sin embargo, comparten el significado de “prohibido”; profundizado por Freud y de mayor utilidad para la investigación al definirlo con dos significaciones opuestos: “la de lo sagrado o consagrado y la de lo inquietante, peligroso, prohibido o impuro” (FREUD, 2000: 27). En la cronología de este término también aparece el capitán James Cook, un explorador y cartógrafo británico reconocido, el cual hizo uso de este concepto en su bitácora de viaje para describir algunas situaciones que le llamaron la atención, como el hecho de que las mujeres en Haití no pudieran comer con los hombres (PORTILLO, 2010: 16). Asimismo la palabra tabú se ha utilizado frecuentemente en las culturas primitivas para designar las cosas que no eran posibles de hacer, los lugares que no era posible entrar y las cosas que no eran posibles ver o tocar (PORTILLO, 2010: 16).

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LA MAGIA

 La magia desde el principio de los tiempos buscaba obtener respuestas a los fenómenos naturales que nuestros antepasados no comprendían. Con esto se pretendía resolver los problemas manipulando las fuerzas de la naturaleza, que se creía que provenían de fuerzas sobrenaturales. Así las características de la magia se asocian a los primeros mitos y leyendas que aparecen en las comunidades y permanecen en su historia.  Más tarde aparecieron los que canalizaban esas energías. Personajes como druidas, sumos sacerdotes, brujos o magos, a los cuales que se acudía por auxilio o para resolver algún problema importante, convirtiéndose así en una de las maneras más primitivas de liderazgo.



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EL RITO RELIGIOSO 

Un rito (del latín ritus) es un acto religioso o ceremonial, repetido invariablemente en cada comunidad cultural. Los ritos son las celebraciones de los mitos; por tanto, no se pueden entender separadamente de ellos. Tienen un carácter expresión del contenido de los mitos. La celebración de los ritos (ritual) puede consistir en fiestas y ceremonias, de carácter más o menos solemne, según pautas que establece la tradición o la autoridad religiosa o de la organización correspondiente también sirve para ritos humanos como sacrificios con animales destinados para tal fin.

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EL HOMBRE MEDIOCRE 


El hombre mediocre es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales que le propongan un futuro por el cual luchar. De ahí que se vuelva sumiso a toda rutina, a los prejuicios, a las domesticidades y así se vuelva parte de un rebaño o colectividad, cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente. El mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social. Vive según las conveniencias y no logra aprender a amar. En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde. Los mediocres no son genios, ni héroes, ni santos.
Un hombre mediocre no acepta ideas distintas a las que ya ha recibido por tradición (aquí se ve en parte la idea positivista de la época, el hombre como receptor y continuador de la herencia biológica), sin darse cuenta de que justamente las creencias son relativas a quien las cree, pudiendo existir hombres con ideas totalmente contrarias al mismo tiempo. A su vez, el hombre mediocre entra en una lucha contra el idealista por envidia, intenta opacar desesperadamente toda acción noble, porque sabe que su existencia depende de que el idealista nunca sea reconocido y de que no se ponga por encima de sí.

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